Por Sin Reservas
La República Dominicana requiere de la adopción de «políticas claras» que conduzcan a mejorar «sustancialmente» la gestión y tratamiento de los residuos sólidos que se generan el país, a fin de buscar solución efectiva a los problemas de salud causados por la gran cantidad de vertederos existentes.
El problema es complicado, debido a que los ayuntamientos de los municipios, responsables de la recogida de la basura, no disponen de presupuesto ni de infraestructura, como depósitos o rellenos sanitarios, que les permitan hacer una buena disposición final de los desperdicios.
Estudios realizados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), establecen que solo el 19 por ciento de las casi 14,000 toneladas diarias de residuos es «tratada y/o reciclada» por buzos y empresas dedicadas al negocio de los desperdicios.
De ahí que, los 325 vertederos a cielo abierto que existen en la República Dominicana, constituyen un «serio problema», debido a que el 89 por ciento de los mismos está ubicado «a mil metros o menos» de los principales ríos, arroyos y cañadas dañando así las principales fuentes acuíferas de «alta, gran y mediana importancia hidrogeológica» del país.
Esa situación se complica, porque los rudimentarios métodos utilizados para la disposición final de los desperdicios, está contaminando los ríos, subsuelos y las principales fuentes acuíferas, provocando «serios daños a la salud de la gente».
Informaciones suministradas por la empresa Lajún Corporation, que maneja el vertedero de Duquesa, indican que el 60 por ciento de los vertederos del país están ubicados en zonas con «presencia de acuífero, y de esos, el 52 por ciento se ubican en áreas de gran y alta importancia hidrogeológica, mientras que el 48 por ciento afecta zonas de mediana importancia hidrogeológica».
El mal manejo de los desperdicios y la existencia de esos vertederos, están dañando el subsuelo, y con ello afectando las fuentes de aguas de donde se abastecen los principales acueductos del país, que suministran el preciado líquido para el consumo de la población dominicana.
De acuerdo con las estadísticas suministradas por Lajun, hay 195 vertederos ubicados en el litoral costero del país y próximo a las cuencas y zonas de influencia de los ríos Ozama, Yaque del Norte, Yaque del Sur, Yuna, Ocoa, Nizao, Nigua, Artibonito, Masacre, Bajabonico, Chacuey, Cumayasa, Higuamo, Soco, Yásica y Bani, entre otros.
En las costas dominicanas –señalan las estadísticas- existen unos 58 vertederos; 44 alrededor del rio Yuna; 39 próximo al rio Ozama; 38 en el área del Yaque del Norte; 37 en la zona de influencia del rio Yaque del Sur; 21 vertedero alrededor del Lago Enriquillo y 17 en la zona del rio Artibonito, entre otros acuíferos afectados por el vertido de desperdicios.
Como ejemplo, las informaciones señalan que el río Moca está afectado por vertederos ubicados a 30 metros de su zona de influencia; en La Vega el rio Camú tiene a 110 metros una cañada sin nombre; mientras que en Jarabacoa hay cañadas a 490 metros del río Yumi, afluente del Río Camú.
Asimismo, en Constanza, Arroyo Hondo tiene vertederos a 200 metros de distancia, y en la comunidad de Haina, Arroyo Guarapo está afectado por vertederos ubicados a 500 metros de su zona de influencia.
Esa situación de los vertederos próximos a las fuentes acuíferas, se complica además, por la falta en el país de políticas claras de manejo y disposición final de residuos sólidos, para evitar que el 81 por ciento de los residuos generados vaya a vertederos incontrolados, según datos de un estudio realizado por el BID, en el año 2011.